martes, 23 de agosto de 2011

tontera que no debe ser leida, y nacio solo para estar escrita.

Quiero pedir disculpas de antemano a los lectores que hayan esperado algo asi como un "articulo" en este blog, y les recomiendo mejor no leer esto a menos que les interese el delirio absurdo que supongo, y con razones, que voy a escribir en adelante.

supongo que seguire escribiendo acá y pese a que tengo diarios de alta seguridad donde podria delirar en calma, cosa que siempre hago, esta vez, y quizas debido a mi mismo sentido del drama, voy a hacerlo acá, no pienso gastar otra entrada en una tontera como esta.
es dificil el dia cuando no dormiste nada, eso me pasa por ser dependiente de alguna droga hipnotica o por ultimo ansiolítica para poder cerrar los ojos y viajar a un mundo, que aunque está rodeado de efectos secundarios, es un descanzo a mi mente que no para de hablar y que siento que explotará. Ni me mencionen la meditacion zen o otros metodos porque yo al menos no puedo meditar cuando tengo jaqueca, y la jaqueca de sueño no se quita ni por muchos ibuprofenos que se tomen. Es justamente esa dependencia al pensamiento la que me hace desear las pastillas con cierto grado de adiccion, es increible, uno no es borracho pero si un adicto "de pieza" al zolpidem y sus psicoticos efectos. Ahora, no me puedo considerar un drogadicto, porque necesitar un remedio para tratar el insomnio cronico no es algo que se pueda considerar anormal.
sigo con el delirio porque no puedo pararlo, complicada se pone la situacion, nunca en mi vida me habia sentido tan pobre, pobre de pobreza monetaria, en mi casa las cosas andan pesimo y los animos bastante peor, los cabros chicos gritan, son muchos stresados juntos, aunque tampoco es algo inesperado, solo un gaje del oficio más.. como se puede estar en paz en un medio estresante? como poder huir cuando la soledad es peligrosa?
y si, es peligroso, aunque nadie sepa las cosas no han andado bien, en mi existe una lucha caotica entre ser aquel "que sufre" que vive el drama y que desea masoquistamente dañarse para conservar su identidad condicionada y el otro, aquel que busca ser feliz y salir a la luz. en los problemas psiquiatricos las recaidas son  frecuentes y el peligro es más alto cuando uno se empieza a sentir mejor... 
no quiero sonar catastrofico, pero el riesgo suicida es algo real que pretendo tener en cuenta y dominado, yo me siento bien y tiene que seguir asi, cuando uno esta mal, llegar al borde es todo, uno llega al punto de borderline y ya no hay más que hacer, bastan unos tragos o una pastilla demás para que se adquiera la valentia que no se tiene y puf! hacer algo estupido sin retorno es casi una consecuencia natural. Asique toda la lucha se resume en seguir, y resistir pese a todos los problemas que aparezcan, dominar los actos emotivos, no escuchar canciones masoquistas, menos dopado, no lanzar los antidepresivos por la ventana, y canalizar las emociones en intentos forzados por hacer en vez de pensar.
suena terrible y casi dramatico, pero no es asi, solo son problemas que se suman a un estado de animo absurdamente cambiante, y como sabemos que es cambiante estar alerta es la unica forma de evitarlo. Además existen otras razones para evitar que las cosas empeoren, y es que luego de un punto perdería la capacidad de hacerme cargo de mi. parece comun que la gente quiera matarse en estos dias pero no lo es, y al escribir aqui no es más que un desahogo que espero respeten, una muestra de confianza que jamas hago con lectores, y quizas, dentro de mi, profundamente, una especie de llamada de atencion. Comparto el sentir suicida tambien como una forma de enseñar. Uno simplemente se mata y ya, el borde, como decia, es justamente el estado donde matarse parece la mejor opcion, y donde se tiene la determinacion suficiente para que sea facil. pero todos quieren vivir, al final el suicidio es un acto que solo se hace en un estado alterado de la conciencia, un estado psicotico, fuera de lugar, reprimir el institnto de supervivencia solo se logra cuando no se está en sus casillas. Por eso, le tengo panico a no poder dominarme, casi más por el miedo a perder mi independencia, ¿a que me refiero? pues me refiero a que si llego a estar mal hay gente que tendrá demasiado poder sobre mi, poder necesario, que es el ultimo mecanismo, como uno se tiene que mantener vivo cueste lo que cueste, y a mi doctora le pagan para eso, si llego a estar en peligro bastara una decision simple para que me manden a un hospital, y eso seria lo mas deprimente del mundo, y lo evitaré a toda costa, no caeré tan bajo aunque tenga que ir a poncear para generar endorfina. y no es paranoia mia, no l habia pensado hasta que recibi la advertencia "tengo ganas de hospitalizarte" me dejó helado, porque se que es necesario en el peor caso, pero se que colapsaria sobre mi mismo de solo tener que explicar las circunstancias, estoy solo en el sentido de que no puedo sentirme mal, o al menos debo contenerlo para mi, si saben me trataran mal, "como es posible, de nuevo!" "solo haces drama y show" y acaso no es cierto? que solo hago show, obvio, es un show, un show que se puede salir de control, un show que debo evitar y que evitaré.
entonces el desafio es obvio, mantenerse bien pese al entorno, pese al caos y sin retirarse del juego.
Luego el amor y el sexo, obsesiones que no deberian ir juntas, pero que son tema, el sexo siempre ha sido tema, no tiene novedad ninguna tampoco, que hacer? nada? supongo que vivir es la respuesta, vivir. vivir lalala (8) y no analizar más esos absurdos conflictos internos. la pregunta despues de decir, "si, claro, tengo un problema que es explicable por una serie de causas, etc" es... ¿y dejaré que ello determine mi vida de forma total, de forma inmutable? obvio que no puedo permitir eso.
luego el amor es un problema, el amor hoy es un tema, siempre ha sido tema, pero ahora más, ¿se puede querer a alguien a quien no conoces? ¿es justo? ¿es correcto dejarse querer sabiendo las consecuencias? ¿aunque en el fondo sea falso? ¿y más... se debe amar a alguien cuando ni siquiera eres capaz de vivir bien? ¿y si el amores la salida? miles de preguntas puedo hacer, cuando ni sé, me gusta alguien, y no me gusta, quiero y no quiero, y si quiero no quieres, y si incluso queremos, no se puede tampoco... y bueno, todo esto no tiene sentido y lo dejo escrito para no pensarlo de nuevo.
liquidar la necesidad de ser otro, amarse, amarse, amrse, resistir, resistir? no, no resistir, permitir, permitir, ser, dejar ser, dejar que el mundo sea. dejar fluir, no empujar el rio, no empujarse a no empujar el rio!!! que tonto todo esto, solo estoy en una sopa mental por la falta de sueño, perdon.
asi es siempre, cuando se siente confuso uno habla, deja a medio mundo confuso y luego se retracta y dice que todo es una confusion... perdon maldito mundo por hablar incoherencias!!!!
ni el amor, ni el sexo, ni el suicidio, ni el budismo, ni nada.... nada es respuesta, vivir es respuesta, "ser" es respuesta... o no? todo se vuelve caotico, mejor escapo de mi mente y vivo. no hay nada mas sabio. Cuando uno llega a un callejon sin salida, mejor se sale por donde se entró.

domingo, 14 de agosto de 2011

Psicología de la Gestalt y el problema de la interrupción


No hay traducción para Gestalt. Un conjunto. Para un alemán, puede querer decir forma o “nosotros”, es algo así como una dupla de figura-fondo. Al igual que una cámara fotográfica: sólo es posible ocuparse de una cosa a la vez, solo es posible “enfocar” un determinado punto; esta cosa es la figura; el resto, todo el resto, es el fondo de eso que me ocupa en este momento.

De instante en instante, algo desde el fondo pasa a primer plano y se transforma en
Figura, al tiempo que aquella se resuelve o es vuelta al fondo.
De hecho, estas dos formas son las únicas que podemos usar para pasar de una figura a otra. La vuelvo al fondo o la resuelvo.

Una de las expresiones gráficas más claras de este fenómeno, es el de los perfiles y la copa (atribuidos a Dalí). Cada uno puede ver la copa en blanco (sobre fondo negro) o los Perfiles en negro (sobre fondo blanco), pero nadie puede ver las dos figuras a la vez. Es claro, ¿no?

Un ejemplo práctico podría ser el siguiente:
Me estoy ocupando de una interesante conversación con vos. De pronto, siento tensión en mi vejiga, que identifico con mis ganas de hacer pis.
No quiero interrumpir mi conversación y entonces, por un momento, consigo mandar mis ganas de hacer pis de vuelta al fondo y mantener esta conversación como figura.
Sin embargo, si la conversación se prolonga, llegará un momento en que la necesidad de hacer pis se impondrá y ya no podré volverla al fondo.
La única posibilidad que tengo para poder atender la conversación, es suspenderla por unos minutos para ir al baño y continuarla luego. De lo contrario, no podré estar en ninguna de las dos cosas: ni con vos ni con mi pis.

Una de las características propias de la “neurosis”, esto es, conflictos psicológicos que no se solucionan correctamente y escapan como actitudes o pensamientos dañinos, es la interrupción.

Estar interrumpido es hallarse en una situación donde dos figuras (o más) compiten por
ser resueltas. Dos contenidos se desplazan mutuamente, consiguiendo paradójicamente
permanecer irresueltas.
Interrumpir, paradójicamente, no es hacerte esperar unos minutos; interrumpir es seguir
conversando con vos y estar pendiente de otra cosa.

Este tema de las interrupciones es precisamente el tema fundamental para la Gestalt, las situaciones inconclusas y los conflictos entre formas no resueltas conforman el principal problema, así cuando estamos interrumpidos se pierde el “conectarse con el aquí y el ahora” y por ende la capacidad de actuar.

En 1927 un investigador llamado Zaigernik realizó una experiencia que luego sería confirmada por otros científicos del área de la conducta.
Zaigernik tomó una muestra de la población al azar (incluidos niños, adolescentes y
ancianos de ambos sexos) Dijo a los sujetos que les iba a proporcionar una serie de tareas
(veinte) para que completaran, y que cada una tenía un límite estricto de tiempo. Las tareas
eran la solución de problemas matemáticos, el ensartado de cuentas, la copia de figuras y la
construcción de objetos con cubos y otros materiales. Daba a los sujetos las tareas y
siguiendo su plan, a una parte de individuos les cortaba a la mitad aunque se les permitía
acabar realmente. En la otra mitad, los sujetos eran interrumpidos antes de finalizarlas,
dejándoles suponer que el tiempo asignado había expirado. El verdadero experimento
comenzaba aquí. Una vez completadas o interrumpidas las veinte labores, se les pedía a los
sujetos que hicieran una lista de las tareas en las cuales habían trabajado. El resultado:
como promedio, los sujetos recordaban doble de tareas incompletas respecto de aquellas
que se les había permitido completar. Muchos sujetos pedían al experimentador que les
dejase acabar las tareas inconclusas (aun sabiendo que la experiencia había concluido) para terminarlas. Y más aún, en algunos casos, dejándolos solos en las mesas de trabajo, éstos revisaban entre los papeles las tareas inconclusas y hasta registraban el escritorio del experimentador en su busca, para poder terminarlas. El hecho de “recordar” mejor las
tareas incompletas que completas, conocido desde entonces Como el efecto Zaigernik, se interpretó en ese momento como la pauta de que existía un sistema de energía motivacional puesta al servicio de una tarea cuando esta se comienza y que, por supuesto,
sólo se agota si esta tarea se concluye. En caso contrario, permanece como energía flotante e indisponible para otras tareas.

Desde mi propia manera de comprender el efecto Zaigernik, éste es el más claro ejemplo
de cómo las situaciones inconclusas, si bien pueden ser postergadas y enviadas al fondo de nuestra conciencia, quedan allí durante algún tiempo, pero antes o después pugnarán por hacerse figuras para reclamar resolución.

Si desde mi fondo, infinitas situaciones Pugnan por ser resueltas, no podré abocarme a ninguna figura y mi capacidad de conexión con el aquí y ahora será nula.

Cada conjunto de una figura y un fondo es una Gestalt. Cuando una situación se hace
figura, es para reclamar una solución. Cuando postergo ésta (como el ejemplo del pis),
tengo presente que en algún momento la resolveré y que si no lo hago, aquella situación no resuelta se me impondrá cada vez, interrumpiendo el natural devenir de los hechos en ese momento.
En cambio, si consigo resolver cada figura cuando aparece, si consigo cerrar esa Gestalt
que estaba abierta en la figura que reclamaba resolución, si consigo ocuparme de instante
en instante de la figura, entonces, en ese momento en que la figura se resuelve y antes de
que otra figura (desde el fondo) ocupe el lugar... en ese momento, consigo la armonía
total... la absoluta paz interior... el estado de Satori.

En nosotros, los occidentales, este estado dura un instante, porque al instante siguiente,
algo del fondo se hace figura y el proceso recomienza.
Algunos orientales consiguen ese estado por días o por semanas.
Hasta que lleguemos a esa posibilidad (cosa que dudo), tratemos de resolver cada vez
más situaciones cuando surjan y recuperar una y otra vez la armonía entre afuera-adentro y entre yo y yo mismo.

No te interrumpas... date permiso... date tiempo... date lugar... date todo...
Finalmente, tú eres, para ti, el centro del mundo en que vivís, así como yo soy para mí
El centro del mundo en que yo vivo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

No caigamos en la trampa.


Una columna mia para el sitio web www.elquintopoder.cl

Los desmanes son una clara manifestación de estupidez, de falta de civilidad, y ciertamente de conflictos psicológicos en aquellos que los producen, suponer que alguien que rompe, incendia o lanza elementos con ese grado de violencia y de rabia es alguien que no está lleno de resentimiento consigo y con su contexto, sería engañarnos, pues ninguna persona que esté en circunstancias “sanas” actuaría de esa forma por muchos argumentos filosóficos o políticos retorcidos que tenga. Al ver estos sucesos en Santiago es tiempo de que asumamos que en la sociedad existen muchas personas enfermas, y más aun, que asumamos que la sociedad enferma a las personas, ¿acaso el vandalismo no es sino otra razón para decir que necesitamos con urgencia una sociedad más justa, que no resienta a tal punto las mentes de los individuos que viven en ella?, ¿una sociedad cuyo sistema educacional garantice oportunidades “más y mejores” como tanto repite el presidente en sus discursos, por muy poco que haga por ello?¿ una sociedad que cree individuos equilibrados?

Me pregunto esto sin querer justificar la enfermedad ajena, sino simplemente porque al escuchar las declaraciones en un tono nefastamente triunfante y con una cara de “se los advertí” que hace el ministro Hinzpeter, no puedo evitar ver un peligro inminente, el peligro de que lleguemos a asociar la idea de movimientos sociales con la idea de desmanes y terminemos creyendo que las marchas son malas, permitiendo por consiguiente que el único mecanismo de control político que tenemos los ciudadanos de “a pie” quede deslegitimado.
 
En lo personal me parece que los argumentos que hoy se dan con estos fines son absolutamente irracionales, no se puede pretender que los dirigentes se hagan cargo de los actos que hacen ciertos individuos solo porque actúan en el mismo lugar y al mismo tiempo que en el que ellos se expresan, ¿acaso pedimos que los estudiantes hagan el trabajo que debe hacer el personal especializado con sus propios métodos y sus propias formas?, menos aun esta otra idea que sostiene el gobierno de “que no son capaces de controlar lo que convocan” pues es evidente para todos que los vándalos actuarían igual cualquiera fuese la razón de protesta, ¿Cómo aquellos que no son sus líderes van a controlarlos? ¿Acaso por eso no se deberían convocar actos masivos? ¿Acaso no sucede lo mismo en un partido de futbol, o en una celebración, (guardando por supuesto, las proporciones)? ¿Acaso lo que nos quieren decir es que el problema está en la marcha y no en los individuos que deben hacerse cargo de sus propios actos? Y pese a que todos sabemos que esto es así, pareciese que las autoridades o son ciegas o quieren hacernos creer que son ciegos, ¿pues de que otra forma les servirían las marchas sin desmanes? No estoy diciendo que los destrozos sean causados por personal público (aunque tampoco lo negaría rotundamente), pero al menos me parece curioso que sean estos la excusa perfecta para evadir los temas de fondo y para obviar la gran cantidad de ciudadanos convocados. Inclusive, si fuesen los estudiantes los culpables de todo ¿por eso dejarían de tener sentido las demandas?, claro que no. 

Pero obvio, es mejor aludir a lo malo, a los derechos violados por los delincuentes; mejor si no usamos los métodos realmente eficientes, no ocupamos la inteligencia policial de la que disponemos y ocupamos en cambio, métodos no selectivos como el lanzar gases, provocando un clima muchísimo mas caótico asi le podemos hacer creer a los ciudadanos que esa es la fórmula que hay que aplicar en estos casos y que lo mejor no es protestar porque si lo hacen llegaran inevitablemente infiltrados y todo quedará destruido en postales apocalípticas que evocan los miedos más profundos arraigados en este país, como el miedo a perder la seguridad individual, por el cual estarían dispuestos a cerrar los ojos y confiar en sus autoridades y sus “salvadores”.

Con todo esto simplemente quiero decir que no tenemos que caer en esta trampa formada por argumentaciones falaces, no podemos llegar al punto de que por respetar los invocados derechos de “paz y movilidad” que poseemos los habitantes, se llegue a censurar el derecho a la libertad de expresión, porque si bien  siempre que algo se expresa libremente es inevitable que se pasen a llevar ciertas atribuciones de los demás, más aun si se trata de manifestaciones masivas, este derecho debe ser cuidado como si se tratase de lo más preciado en el mundo, pues es y será precisamente eso. Nunca se acaba el tiempo de las marchas, nunca es suficiente de reclamar, pese a que eso repita el mandatario desde el primer día de paro. La única forma de alcanzar una democracia madura es cambiar la idea de que lo normal es conformarse con lo que nos dan por la idea de que los funcionarios públicos están también para servirnos, y para responder a nuestros emplazamientos, no se trata de socialismo ni nada por el estilo, sino simplemente del principio que debiese sustentar nuestras sociedades para poder alcanzar el desarrollo del que tanto nos queremos hacer parte.

Lamentablemente el mundo y sus cambios funcionan “a la bruta” en una lógica de sacudir el árbol para que caigan manzanas, nunca se han logrado avances trascendentales a punta de cartas en un buzón de sugerencias. Debemos repudiar el vandalismo con todo nuestro ser, pero nunca en la idea de justificar la represión, mucho menos cuando no estamos viviendo ni una novena parte de las consecuencias que se provocan en otros lugares, pese a que eso quisiera darse a entender, mucho menos cuando libertad es precisamente lo que necesitamos ahora.

lunes, 8 de agosto de 2011

Angel enamorado.

Cierro los ojos y vuelo...
Aparezco donde tu estás.
Al principio difusa, pero te veo.
Me acerco, estoy cada vez mas lejos de mi cuerpo
Más cerca del tuyo, en forma abstracta, y quizás, no sólo abstracta.
Te recorro con mis ojos. Te acaricio, siento tu piel
Pero te traspaso como un fantasma, como el aire etéreo
Te siento pero no me sientes, te rodeo pero no puedo abrazarte
Si tan solo pudiese aparecer frente a ti, si tan solo pudieses verme
Como un ángel enamorado de su protegida
Es una desgracia que seas eso, y solo eso.
Mis labios rozan tu frente, Y tu ni te das cuenta!
o quizás sí...
Quizás en este momento estás pensando en mí sin saber por qué.


Oscar Cornejo.

jueves, 4 de agosto de 2011

Bajemos el paro.

   Por: Simón Castro Gonzales, Estudiante de Medicina UCH                                        

Bajemos el paro porque estamos cerca de perder el año académico. Quién no es capaz de cerrar los ojos, respirar profundo y hacer como que las profundas discrepancias que los estudiantes tenemos con el sistema educacional no existieran. Se ha cumplido el límite de tiempo. En buen chileno, “sonamos” “pa` la otra no más”.

Porque el gobierno sí que se ha dado el tiempo de redactar ya dos propuestas. Cierto. Básicamente consistían en lo mismo. Pero son dos al fin y al cabo. Que la única gran diferencia sea el nombre de la oferta, la extensión del documento, el ministro que la pronuncia, o que en la segunda se mencione la palabra “Constitución” no es el tema. Son dos propuestas y nadie podría decir lo contrario.

Bajemos el paro porque cada vez son más ciudadanos los que no quieren que marchemos. No quieren vernos más en las calles. Están cansados. No tanto como nosotros. Pero por respeto a sus propios problemas, que deben ser muchísimo más importante que la educación de su país, dejemos de molestarlos. Y para qué andamos con cosas. Nos pusimos fomes. Pasamos de moda. Como decimos los chilenos “ta bueno ya”.

Porque los trabajadores de Chile no están sudando la gota gorda para que nos dediquemos a protestar. No están soportando abusos en las empresas o las mediocridades del sistema público para que sus hijos estén bailando en carnavales o participando en manifestaciones artísticas callejeras. No están endeudados hasta el cuello para que todos los jueves en la noche sus hijos sean sospechosos de destrozos a la propiedad pública. Ellos prefieren seguir con sus vidas. Continuar sufriendo los mismos problemas. Después de todo es la vida y los problemas que les tocó y que les pertenecen. Seguramente no sospechan que sus hijos en pocos años vivirán lo mismo. O quizás sí lo saben y están orgullosos de que así sea para que sepan lo que se siente. Démosle el favor.

Detengamos el movimiento estudiantil porque por más de veinte años se han respetado a las autoridades. Se ha creído en los políticos y en las instituciones. Quiénes nos creemos como para romper esta tradición. No importa que la clase media sea explotada, que los pobres sigan pobres ni que los ricos lo sean aún más. El respeto es lo primero. Qué nos creemos para no creer en esta democracia que tanto se luchó por conseguir. Qué se cree Camila. Qué se cree Giorgio. ¿Estudiantes hablando de nacionalización del cobre? ¿De reforma tributaria? Asumamos que se nos subieron los humos. Eso había que dejárselo a los expertos. Había que dejárselo a los grandes. Nosotros somos jóvenes, creativos, “cabros choros”, pero hasta ahí no más. Nos desubicamos. Nos pusimos densos. Pensamos demasiado.

Paremos de movilizarnos porque ya no salimos en la tele. Para ser honestos nunca aparecimos tanto. Salvo las innumerables intervenciones masivas en la vía pública, los cincuenta pelagatos que pelean a piedrazos con carabineros después de las marchas, y poquito más. Instauramos la “nueva forma de protestar”. Con eso los editores creyeron que era suficiente. La idea de debate por cadena nacional sobre educación con el gobierno no va a prosperar. El canal de todos los chilenos prefiere enfocar su área de reportajes al fichaje de Alexis Sánchez al Barcelona o a la realidad de otros países tras sus propias catástrofes naturales. El canal estatal censura a cincuenta universitarios que pedían leer un comunicado de un minuto durante el noticiero y cada vez que anuncia una noticia sobre el movimiento estudiantil lo hace con una linda foto ilustrativa de destrozos y desmanes de fondo. A usted, después de dos meses de movilización ¿le han explicado en la televisión qué piden los estudiantes y por qué lo hacen?

¿Usted cree que es solo plata? ¿También se creyó que la renacionalización del cobre era parte del petitorio? ¿No cree que la televisión estatal debería haber cumplido su rol de informar, más allá de la forma, del fondo de todo esto? Lo lamentable es que mucha gente cansada del movimiento son los mismos que no saben de qué se trata. Pero ¿sabe qué? Lo entiendo. A mí también me gusta el fútbol y disfruté esta Copa América. También veo tele para entretenerme. Y desde que los estudiantes se pusieron monótonos, con las caras más largas y tristes yo también hago zapping. Si hasta encuentro más fea a la Camila.

Desertemos de esta mala idea del paro porque cada país tiene el Presidente que se merece. Si el hombre que lleva la batuta de Chile ve la educación como un “bien de mercado”, tiene sentido que cada propuesta del gobierno venga con “ofertones” como una rebaja de la tasa de interés de un 2% en el Crédito con Aval del Estado o una mayor cantidad de becas. Se explica que se busquen nombres que peguen como “GANE” y “FE”. Se explica que en esta última propuesta se mencione de manera rimbombante la Constitución. Se explican tantas cosas. El problema es que no se entienden ni se comparten. No podemos pedirle peras al Olmo. Quién puede culpar al legítimo ganador de una elección, la escasa representatividad de esta misma. Aunque esa elección haya sido al “cape nane nú”. Aunque haya sido por descarte. Fue legal, fue democrático. Lo realmente lamentable es que la mayoría haya votado por él. Y que la segunda gran mayoría no haya votado.
Bajemos el paro, dejemos todo como está. Volvamos a clases.


Que este movimiento se recuerde como un gran dolor de cabeza. Como una pérdida inmensa de tiempo. Que pase sin pena ni gloria. Que se recuerde solo por conseguir buenas intenciones, efervescencia, incertidumbres, análisis vacíos y anécdotas para contar en algún asado. Pero, otra vez, nada de fondo. Nada trascendente. Nada que asegure que los hijos y nitos de este país mañana vivan en un país mejor. Porque de eso se trataba. ¿O alguien pensó que los cambios nos iban a afectar directamente a la masa que protesta hoy?

Detengamos todo esto porque no vamos a cambiar el hecho de que los políticos de este país no nos representen y más bien se interpongan en las necesidades y opiniones de las mayorías ciudadanas. Porque nos falta romanticismo, reflexión, cariño, lealtad. Nos sobra individualismo, egoísmo, cobardía, inseguridad. Porque la prensa se encarga todos los días de modificar hoy lo que vivimos ayer. Porque estamos solos. Porque este país no se merece la juventud que tiene. Porque en buen chileno, este país es una mierda y no pretende dejar de serlo.

martes, 2 de agosto de 2011

El espíritu de las revoluciones

 ¿qué sentido tiene luchar por aquello que probable y seguramente no nos beneficiará nunca?


En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Elihau de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras.
Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Elihau transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

—¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.
—Contigo –contestó Elihau sin dejar su tarea.
—¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
—Siembro –contestó el viejo.
—¿Qué siembras aquí, Elihau?
—Dátiles –respondió Elihau mientras señalaba a su alrededor el palmar.

—¡Dátiles! –repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez comprensivamente—. El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
—No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...
—Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?
—No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé... lo he olvidado... pero eso ¿qué importa?
—Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años de crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.

—Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar estos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque sólo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

—Me has dado una gran lección, Elihau, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste –y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
—Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto, y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.
—Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.
—Y a veces pasa esto –siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas—: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no sólo una, sino dos veces.
—Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte...