jueves, 20 de octubre de 2011

Técnicas Mentales: El Anclaje.

Seguramente te ha pasado que al sentir un aroma, escuchar una canción, ver algo en especifico o recibir determinados estímulos, se provoca una emoción de forma inmediata, la que nos invade pese a no tener “causas reales”.  Por ejemplo a mí la lluvia me provoca alegría, esto se da porque a lo largo de mi vida me han sucedido momentos felices mientras llueve y he establecido mentalmente una asociación entre la situación y la sensación. Las fobias también son un ejemplo claro de cómo asociamos ciertos elementos con un estado anímico.
Ahora, imagínate el impacto que tendría el ser capaz de crear estas asociaciones y usarlas a tu voluntad, evocar por ejemplo el “sentirse seguro” cuando lo necesitamos, o el “sentirse enérgico” en un día extenuante, etc. Esta técnica es parte fundamental, por ejemplo, del trabajo de un actor, que debe ser capaz de involucrarse en un personaje y en una emoción, y luego lograr desconectarse de esa. Este articulo trata sobre cómo lograr esta habilidad y poder convocar estados anímicos intencionalmente.

La asociación entre estimulo y emoción recibe en psicología el nombre de “Ancla” y el proceso mediante el cual se crean las Anclas recibe el nombre de “Anclaje”; todos realizamos anclajes de forma inconsciente, es así, como muchas veces no logramos encontrar la causa de nuestras reacciones, aparentemente Inexplicables o desmedidas, frente a determinadas circunstancias. Del mismo modo, lo podemos hacer de manera Consiente, y a su vez, así como las creamos las podemos hacer colapsar para eliminarlas. (Pero eso último lo veremos en otro momento)

¿Cómo Realizar el Anclaje de recursos?:
Procedimiento de Anclaje:


Advertencia previa: Las técnicas de Anclaje mal utilizadas pueden ser realmente dañinas, pese a lo sencillo que pueda verse este tema, estamos hablando de técnicas psicológicas “avanzadas” que hay que tratar con cuidado. Lea con atención, al final está un resumen paso a paso, pero asegúrese de entender el proceso primero.

Estos son los pasos para transferir recursos emocionales, desde experiencias del pasado, a situaciones del presente para que le sirvan a usted ahora. Podría necesitar hacerlo con un amigo que le guiara por los distintos pasos.                                                                                                         

Siéntese cómodamente en una silla o permanezca de pie en un lugar donde pueda considerar el proceso de forma objetiva. Piense en una situación específica en la que le gustaría ser diferente, sentirse diferente y responder de manera diferente. Luego escoja un estado emocional en particular, de los distintos que ha tenido a lo largo de su vida, del que le gustaría disponer en esa situación. Puede ser cualquier estado de plenitud de recursos —seguridad, humor, valor, persistencia, creatividad—, aquello que venga intuitivamente a la mente como lo más apropiado. Cuando esté seguro de qué recurso quiere, empiece a buscar una situación en su vida en que sintió ese recurso. Tómese su tiempo, observe qué ejemplos vienen a su mente y elija aquel que sea más claro e intenso. Si ha escogido ya un recurso, y es difícil recordar un momento en que lo ha experimentado, piense entonces en alguien que usted conozca o en un personaje ficticio de un libro o película. ¿Qué es lo que pasaría, si usted fuera el otro, al experimentar este recurso? Recuerde que aunque el personaje no sea real, sus sentimientos sí lo son, y esto es lo que cuenta. Cuando tenga usted un ejemplo específico en la mente, real o imaginario, estará listo para pasar al paso siguiente: elegir las anclas que traerán a su mente este recurso cada vez que usted quiera.
En primer lugar hay que definir, el ancla cenestésica: alguna sensación que pueda usted asociar con el recurso escogido. Tocarse el pulgar y el índice o cerrar el puño de forma especial funcionan bien Como anclas cinestésicas.  Es importante que el ancla sea única y no forme parte de su conducta habitual. Precisa de un ancla distintiva que no suceda constantemente y que, por tanto, no pueda estar Asociada con otros estados y conductas. También es necesario que el ancla sea discreta, algo que pueda realizar sin provocar extrañeza. Hacer la posición invertida puede funcionar muy bien como un ancla, pero te hará una reputación algo excéntrica si la empleas para que te ayude a hacer discursos importantes.
A continuación, el ancla auditiva. Puede ser una palabra o frase que se diga a usted mismo. No importa qué palabra o frase utilice, siempre que esté a tono con el sentimiento. La forma en que diga, el tono de voz en particular que usa, tendrá tanto impacto como la palabra o frase. Hágala distintiva y fácil de recordar. Por ejemplo, si la «seguridad» es el estado de recurso que quiere anclar, puede decirse a sí mismo: «Me siento más y más seguro», o simplemente: « ¡Seguro!». Utilice un tono de voz que denote seguridad. Asegúrese de que el recurso es realmente apropiado a la situación problemática.
Ahora el ancla visual. Puede usted elegir un símbolo o recordar lo que estaba viendo cuando se sentía seguro. Mientras la imagen que usted elija sea distintiva y le ayude a evocar aquella sensación, servirá.
Una vez que haya escogido un ancla para cada sistema representativo, el paso siguiente es revivir estos sentimientos de seguridad recreando de manera vivida la situación a la que recurrimos.
En su imaginación, vuelva al estado de recurso específico que ha elegido... Recuerde dónde estaba y lo que estaba haciendo... En cuanto lo tenga, imagine que está usted de nuevo allí ahora y que está viendo lo que estaba viendo... Puede empezar a escuchar los sonidos que estaba escuchando y empezar a re experimentar las sensaciones que forman parte tan específica de esa experiencia... Tómese su tiempo y disfrute reviviendo esta escena de la forma más completa posible... Para volver a estar plenamente en contacto con la totalidad de las sensaciones de su estado de recurso, ayuda, a menudo, escenificar las actividades que realizó en aquel momento. Puede que quiera poner su cuerpo en la misma posición, hacer las mismas cosas que hizo (sólo si es adecuado)... Cuando estas sensaciones hayan alcanzado el punto culminante y empiecen a disminuir, vuelva a ponerse “en la realidad objetiva”. Si ha revivido la emoción ya Ha descubierto ya lo bueno que es recrear el estado de plenitud de recursos, y lo que cuesta hacerlo.

Ahora está listo para iniciar el proceso. Reviva una vez más el estado que quiere anclar y hágalo hasta que llegue a su punto máximo, En cuanto alcance su punto culminante, vea su imagen, haga sus gestos y diga las palabras. Tiene usted que conectar las anclas con el estado de recurso en cuanto llega el clímax. El tiempo es crítico. Si usted las conecta después del momento culminante, se anclará cuando está abandonando el estado, y esto no es lo que quiere. La secuencia de anclas no es crítica, emplee el orden que vaya mejor con usted o suéltelas de forma simultánea. Unos momentos después de que sus sentimientos de plenitud de recursos hayan llegado al clímax, deberá usted dejarlos y cambiar de estado antes de estar listo para probar las anclas.
 
Una vez realizado, Emplee las tres anclas definidas de la misma forma y en la misma secuencia, y observe en qué medida accede usted de verdad al estado de plenitud de recursos. Si no está satisfecho, vuelva a empezar y repita el proceso de anclaje para fortalecer la asociación entre las anclas y el estado de plenitud de recursos.

Puede que necesite repetir el proceso unas cuantas veces; esto es útil para poder ser capaz de acceder a ese mismo estado cada vez que lo necesite.

Las anclas deben:
-          Estar sincronizadas con el estado cuando está alcanzando el clímax.
-          Ser únicas y distintivas.
-          Ser fáciles de repetir con exactitud.
-          Estar ligadas a un estado que está revivido clara y completamente.

Resumen del anclaje de estados de plenitud de recursos:

1. Identificar la situación en que usted quiere estar con más recursos.
2. Identificar el recurso específico que quiere; por ejemplo, seguridad.
3. Asegurarse de que el recurso es realmente apropiado preguntándose: «Si pudiera tener este recurso aquí, ¿lo escogería de verdad?». Si la respuesta es afirmativa, siga; si no, vaya de nuevo al número 2.
4. Busque una situación de su vida en que tuviera ese recurso.
5. Elija las anclas que va a emplear en cada uno de los tres sistemas representativos principales; algo que vea, oiga y sienta.
6. Cambie de lugar y, en su imaginación, trasládese totalmente a aquella experiencia del estado de plenitud de recursos. Reexperiméntela de nuevo. Cuando alcance el clímax, cambie de estado y abandónela.
7. Re experimente el estado de recurso y, en cuanto llegue al clímax, conecte las tres anclas. Manténgase en ese estado durante el tiempo que crea necesario.

8. Pruebe la asociación soltando las tres anclas y confirmando que de verdad va a ese estado. Si no está satisfecho, vuelva al número 7.

Bueno, en futuros post veremos otras tecnicas psicològicas que se basan en esto, espero les sirva y logren resultados sorprendentes... cada tecnica mental bien utilizada es una ventaja significativa.
Adios!

martes, 11 de octubre de 2011

¿Dónde buscar lo que nos falta?

“—Estoy confundido, muy confundido. Hasta la sesión pasada, yo estaba seguro de la utilidad de la psicoterapia; yo era uno de esos tipos que mandaban a un terapeuta a todos sus amigos.

Pero de repente, en la sesión pasada MI PROPIO terapeuta me dice que un tipo que llega cagándose encima, cojeando, deprimido, o loco; se va tan cagado, rengo, triste y delirado como llegó... No entendiendo... Esto es muy confuso...
— Nada sale de oponerse a la confusión, te molesta la situación por el prejuicio de que deberías tenerlo claro, deberías no estar confuso, deberías tener todas las respuestas, deberías...
deberías... Relájate, Demi, como ya te dije, en Gestalt el único Debería‖ es: Deberías saber que NO ―deberías nada en absoluto.
—Es verdad, incluso sin deberías hay respuestas que necesito y no las tengo.
—¿Te cuento un cuento?

Ese día más que otros, abrí mis oídos. Yo sabía que un relato de Jorge, una parábola y hasta un chiste me habían ayudado antes a encontrar la claridad en la confusión. 

Había una vez en la ciudad de Cracovia, un anciano piadoso y solidario que se llamaba Izy. Durante varias noches, Izy soñó que viajaba a Praga y llegaba hasta un puente sobre un río; soñó que a un costado del río y debajo del puente se hallaba un frondoso árbol. Soñó que él mismo cavaba un pozo al lado del árbol y que de ese pozo sacaba un tesoro que le traía bienestar
y tranquilidad para toda su vida.
Al principio Izy no le dio importancia, pero después de repetirse el sueño durante varias semanas, interpretó que era un mensaje y decidió que él no podía desoír esta información que le llegaba de Dios o no se sabía de dónde, mientras dormía.
Así que, fiel a su intuición, cargó su mula para una larga travesía y partió hacia Praga.
Después de seis días de marcha, el anciano llegó a Praga y se dedicó a buscar, en las afueras de la ciudad, el puente sobre el río.
No había muchos ríos, ni muchos puentes. Así que rápidamente encontró el lugar que buscaba. Todo era igual que en su sueño: el río, el puente ya un costado del río, el árbol debajo del cual debía cavar.
Sólo había un detalle que en el sueño no había aparecido: el puente era custodiado día y noche por un soldado de la guardia imperial.
Izy no se animaba a cavar mientras estuviera allí el soldado, así que acampó cerca del puente y esperó. A la segunda noche el soldado empezó a sospechar de ese hombre cerca de SU puente, así que se aproximó para interrogarlo.
El viejo no encontró razón para mentirle. Por eso le contó que venía viajando desde una ciudad muy lejana, porque había soñado que en Praga debajo de un puente como éste, había un tesoro enterrado.
El guardia empezó a reírse a carcajadas:
—Mira que has viajado mucho por una estupidez –le dijo el guardia—. Hace tres años que yo sueño todas las noches que en la ciudad de Cracovia, debajo de la cocina de la casa de un viejo loco, de nombre Izy, hay un tesoro enterrado. Ja... Ja... mira si yo debiera irme a Cracovia para buscar a este Izy y cavar debajo de su cocina... Ja... Ja... Ja....Izy agradeció humildemente al guardia y regresó a su casa.
Al llegar, cavó un pozo debajo de su propia cocina y sacó el tesoro que siempre había estado allí enterrado...
Después del cuento, el gordo hizo un larguísimo silencio, hasta que sonó el timbre del próximo paciente. Jorge se acercó, me abrazó, me besó en la frente y me fui.
Repasé la sesión mentalmente. Al comienzo de la conversación ya el gordo me había dicho lo mismo que después, con el cuento: ―la respuesta a tus preguntas no la tengo yo, sino tú.
Las respuestas las encontraría en mí. No en Jorge, no en los libros, no en la terapia, no en mis amigos... en mí... sólo en mí...
En ningún otro lado... me repetía una y otra vez... en ningún otro lado...
Y entonces me di cuenta: Nadie podía decirme si la terapia ―sirve o no sirve. Solamente yo podía saber si ―ME sirve, y esta respuesta sería válida sólo para mí (y sólo por ahora). Yo había vivido gran parte de mi vida, ahora entendía, buscando a otro para que me dijera qué estaba bien y qué estaba mal. Buscando a otros que me miraran, para poder verme. Buscando afuera lo que en realidad siempre estuvo adentro (debajo de mi propia cocina).
Ahora estaba claro, la terapia es nada más que una herramienta para poder cavar en el lugar correcto y desenterrar el tesoro escondido. El terapeuta no es más que aquel soldado que, a su modo, dice una y otra vez dónde buscar y repite sin cansarse, que es estúpido buscar afuera...
La confusión había cesado y como Izy me sentí afortunado y tranquilo de saber, por fin, que el tesoro está conmigo, que siempre lo estuvo y que es imposible perderlo.

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Todos tenemos distintas y únicas concepciones de nuestro paraíso terrenal, variados fantasmas que nos persiguen, variadas contradicciones, adicciones, problemas, enemigos internos, formas de llevar nuestras relaciones, objetivos, sueños…

alcanzar la salud mental, esto es, la felicidad, conlleva un trabajo importante, hacer cambios, quizás tomar terapia, quizás hacer deporte, quizás el yoga, ser vegano, lavar la loza, estar echado en un sillón, los animales, la música…
alcanzar la liberación, la felicidad y el amor propio requiere  deshacerse de la necesidad de buscar, de buscar afuera aquello que está dentro, ya sea la confianza, la madurez, la alegría, la fortaleza, ya que  todo, absolutamente todo aquello que necesitamos está en nosotros.
No obstante, descubrimos el tesoro enterrado luego de buscar por todos lados, para llegar al principio hay que recorrer mucho trecho, buscar en los otros, en el resto, en el amor, en el sexo, en las fiestas, en la soledad, en la religión. A veces la única manera de poder entender que el lugar correcto somos nosotros mismos, nuestras propias potencialidades es haciendo todo un viaje que, aunque termine en el comienzo, es lo que necesitábamos para “ver”.

Todas las formas de crecimiento personal, todos los consejos de un amigo, todos los métodos de terapia, todo aquello que hagamos buscando una vida plena no es más que una herramienta, no es más que la señal que nos indica donde cavar, no es más que un camino, de infinitos caminos. La felicidad no se encuentra, se descubre, no se gana porque no está ajena, ni afuera, está aquí, pero no siempre estamos preparados para darnos cuenta.

sal a buscar tu felicidad! Sal a buscarte! Sal aunque sepas de antemano que no la encontraras afuera, ni en nada, ni en nadie. Sal y toma un camino, cualquiera, el que creas justo, el que te sirva, el que te parezca indicado, pero hazlo, es posible ser feliz, vale la pena creer en eso ciegamente (y quizás sea en lo único que vale la pena creer ciegamente).

Feliz dia mundial de la salud mental, feliz día mundial de la armonía, del equilibrio, de la libertad y fundamentalmente, de la felicidad que se encuentra dentro de uno, cuando se ha buscado hasta el cansancio fuera de uno.

jueves, 6 de octubre de 2011

Maldita neutralidad!

(lease como una opinion enojada)

Malditos clubs de fans, que los evangélicos, que los anarquistas, que los comunistas, que la derecha tuitera, que los Beatles, que Nietzsche, que Freud, que los biólogos, que los matemáticos, que Sábato, que Marques, que la música, que los testigos de Jehová, que los católicos, que los hippies, que los anti-sistema, que los capitalistas, que la Ena Von Baer, que los huachacas…


Siempre neutral y mejor aun, amarillo, como una dueña de casa colonial, sin voz ni voto… es mejor no decir nada porque puedes herir a la gente, puedes perder amigos, o te pueden mirar feo en el quiosco, o dios nos libre, podemos perder “me gusta” en facebook!… ¿acaso nadie entiende el valor de la subjetividad? Y ni siquiera eso, ¿acaso nadie sabe debatir? Porque claro, si tú me dices algo con ciertas razones, aunque yo discrepe totalmente, por ultimo tendrá sentido, pero no! solamente contestan con tonteras, reaccionan saltando indignados, como a un homofóbico al que le tocan el culo, o peor , se lo toman a pecho como una herida al ego, una falta de respeto, un “tocar lo intocable” un meterse con lo sagrado, y entonces ni procesan tu opinión sino más bien la declaran inadmisible de plano, llaman a sus inquisidores mentales y te condenan a la hoguera.


Y aunque todos sabemos que lo hacen por miedo, porque son cobardes y no estarían dispuestos a cuestionarse aquello que les da seguridad y que les ha servido toda la vida para evadir multitud de conflictos, porque se les derrumbaría el mundo, la identidad completa! (Que sería de un anarquista sin su estado opresor) no importa, o eres igual a todos tus amigos o definitivamente te vas olvidando de más de la mitad.

Por ejemplo, ¿Acaso no puedo decir que creo que estos disque anarquistas más que una postura filosófica tienen un trastorno psiquiátrico? (a no porque soy un títere del sistema macabro de los psiquiatras). ¿Acaso no puedo decir que no adoro a los Beatles porque sus voces me molestan?(por supuesto que no porque ellos son mas grandes que Jesús). ¿ o que me parece que los evangélicos están totalmente equivocados?(oh dios mío! No sé lo que digo porque me falta ver a Cristo!). ¿O que Nietzsche es un viejo amargado y que al igual que Freud, pese a su mente de maquina inequívoca, simplemente configuraron el mundo a su imagen y semejanza, y compararon el todo consigo mismos y no al revés? (debe ser que no supe leer sus libros). ¿Acaso no puedo meterme con las tonteras que escriben los testigos de Jehová en sus revistas sesgadas, llenas de prejuicio y que parecen broma contra los derechos psicológicos individuales? (upps, es que el demonio me ha poseído, debe ser porque como me he masturbado dios ya no me ama). ¿Acaso no puedo decir que los derechistas me parecen unos desquiciados y unos resentidos sociales no menormente que los comunistas dogmaticos?(los comunachos come guaguas me manipulan).

 Y al final no se trata ni del “comunismo” ni del “derechismo” simplemente el problema es con los comunistas y con los derechistas, porque son fanáticos, fanáticos sin remedio que nunca van a entender nada, y que seguirán pegados en asuntos históricos de hace 40 o más años, aunque muchos ni los hayan vivido… Tampoco se trata de odiarlos a todos, pero a veces los dogmas me sacan de quicios, pese a compartir con todos un poco, detesto a esas congregaciones que se arman en torno a imágenes que de pronto se vuelven divinas. 


¿acaso no debo negar a dios? Y ¿por que? Porque dios es Dios? (obvio niñito, dios es dios y punto) ¿Acaso decir que García Marques me parece aburrido y que no le encuentro  ni un brillo a la mayoría de sus cuentos es un pecado? (que poco humanista soy!) ¿ o Que los flaites son una subespecie de gente subnormal y que sus facultades cognitivas están muy por debajo de las de un interdicto? (que clasista y discriminador!) Que los huachacas viven adorando la tierra mojada (que antipatriótico), que los naturalistas plantean cosas antinaturales (busco la muerte del planeta), que Ayn Rand es una capitalista sectaria (maldito hippie!) , que su santidad el papa es un ridículo (excomulgado!), que las putas son un gremio digno, y que a diferencia de las monjas por lo menos se ganan la plata. (ah no, te pasaste! La juventud no es como antes) ¿O que los ateos nunca han vivido una experiencia digna de fe? (no, porque inventé a dios para justificar mi falta de seguridad)


Donde está la gente que se atreve a discutirte con razones? Donde está la gente capaz de dejar de lado lo divino y lo humano para sumergirse en el mundo rebuscado, sucio, feo, cruel, inesperado del cuestionamiento, del dudar de todo, del someter a todo a un juicio, sabiendo que no alcanzaremos la verdad, ni yo ni tú, ni se cambiará tal o cual definición entre unas paredes o en un café, debatirlo simplemente por el hecho de aprender de la reflexión misma, por el simple hecho de pensar voluntariamente? 


Donde está? No está, asique si te gusta ir más allá te aconsejo que “sonrías y saludes” como una lady di o mejor, una mona lisa, te calles todo, guardes tus puteadas para twitter, aprendas a sobrellevar una vida politicamente correcta y termines por aceptar la maldita neutralidad.