sábado, 19 de noviembre de 2011

Psicologia de los gestos 1: Ojos

Psicologia de los gestos 1: Ojos

¿Alguna vez te has fijado en que las personas movemos los ojos cuando estamos pensando? Esta es una información valiosa que puede proporcionarte pistas sobre si otra persona está pensando en imágenes, sonidos, sensaciones o hablando consigo misma.
La Psicología y la Neurología han estudiado las conexiones existentes entre los procesos cerebrales y el movimiento de los ojos, estableciendo asi las llamadas “pistas de Acceso Ocular” ya que nos proporcionan pistas sobre la manera en que la gente accede a información de sus mentes.

Para comprender cómo se mueven tus ojos, considera las siguientes preguntas. Para cada una de ellas, mientras piensas en la respuesta, fíjate hacia dónde se mueven tus ojos. Si te parece que no se mueven, fíjate en si tienes la impresión de que estás mirando en una dirección concreta, aunque sólo sea durante una fracción de segundo. No es fácil ser consciente de estos movimientos.
  • ¿De qué color es la puerta de tu casa?
  • ¿Qué aspecto tendrás en quince años?
  • ¿Cómo suena tu música favorita?
  • ¿Cómo sonaría tu voz si estuvieras comiendo polvorones?
  • ¿Qué tipo de voz utilizas cuando hablas contigo mismo?
  • ¿Cómo te sientes cuando estás en una bañera con agua caliente?
Tus ojos habrán mostrado una tendencia a mirar hacia arriba en las dos primeras preguntas, hacia los lados en las dos siguientes y hacia abajo en las dos últimas. En general, cuando uno forma una imagen mental, los ojos miran hacia arriba; hacia los lados cuando se trata de sonidos y hacia abajo cuando accedes a sensaciones o cuando hablas contigo mismo.
En la siguiente tabla puedes ver la manera en que movería los ojos una persona que estuviera frente a ti en función de lo que estuviera haciendo con su mente:




En general miramos hacia la izquierda para recordar el pasado y hacia la derecha para proyectar hacia el futuro. Esto puede ser debido a la manera en que representamos mentalmente la línea del tiempo, de izquierda a derecha. Los zurdos tienen la lateralidad invertida, lo que significa que intercambiarán izquierda por derecha en sus movimientos oculares. En cualquier caso, antes de correr a sacar conclusiones, es interesante observar a la persona durante unos minutos para extraer patrones consistentes

Los ojos y las mentiras
Si una persona está describiendo algo que ha visto o ha oído, sus ojos deberían moverse principalmente hacia visual o auditorio recordado. Sin embargo, si una persona está inventando algo o contando una mentira, sus ojos se moverán en la dirección contraria, indicando que está construyendo al menos una parte de la situación descrita. Esto puede indicar que la persona está mintiendo, o también puede ser que no está segura de lo que está pensando.
Si bien los movimientos de los ojos pueden ayudar a detectar las mentiras, debes tener mucho cuidado antes de asumir que alguien está mintiendo. Por ejemplo, imagina que me haces una pregunta sobre algo en lo que nunca he pensado antes. Para formular una respuesta, yo puedo haber tenido que acceder a varias piezas de información de una manera en que no lo he hecho antes. En esta situación yo estaría construyendo una respuesta y mis ojos se moverían probablemente hacia visual o auditivo construido. Ten mucho cuidado al concluir a partir de los movimientos oculares que alguien está mintiendo, y sobre todo antes de decírselo.

Los ojos y como mejorar la comunicación:
Los movimientos oculares de la gente están relacionados con los sistemas principales y favoritos de representación mental (visual, auditivo, cenestésico). Por ejemplo, si yo fuera diestro y mi sistema favorito fuera el auditivo y me pidieras que recordara el color de mi coche, mis ojos irían primero a mi izquierda inferior (auditivo) antes de ir hacia mi izquierda arriba (visual recordado). ¿Por qué? Porque lo primero que haría sería repetirme la pregunta y darle sentido, para después buscar en mi mente la respuesta.
De la misma manera, si tu sistema principal es visual y te pregunto cómo es estar en un baño caliente, probablemente lo primero que harás es visualizarte en una bañera para después acceder a la sensación.
Teniendo esta información podemos mejorar nuestra comunicación si por ejemplo, al hablar con un visual, ocupamos expresiones y ejemplos más visuales, (frases como “Mira, te muestro”, “veamos”, “ilumíname”, etc. Hacer gestos con las manos, dibujos, darle importancia a los colores) Esto hará que el mensaje sea mejor recibido y aumentará la confianza del otro con nosotros.

Los ojos y la Búsqueda transderivacional
La búsqueda transderivacional es la denominación del momento en el que una persona está moviendo sus ojos en las seis direcciones posibles mientras buscan la respuesta a lo que has preguntado. Si ves que esto sucede, significa que está yendo realmente profundo en su mente para buscar esa respuesta. Dale un momento para pensar. Evita molestarle dándole más información o haciendo más preguntas. Si hablas con una persona mientras está haciendo movimientos oculares, estás interrumpiendo su proceso mental.

Practicar leyendo pistas de acceso
Hay varias maneras de practicar la lectura de pistas de acceso ocular. Por ejemplo, dos de ellas son:
  • Con su permiso, practica con amigos o familiares. Observa sus movimientos y luego verifica tus observaciones con ellos.
  • Observa tertulias en televisión (asegúrate de que el programa es espontáneo y no preparado). Es una buena manera de practicar, porque puedes mirar fijamente a la gente y les dará igual. Fíjate si hay relación entre los predicados de la persona y sus movimientos oculares.




martes, 8 de noviembre de 2011

La retroflexión

Había un tipo que andaba por el mundo con un ladrillo en la mano. Había decidido que a cada persona que lo molestara hasta hacerlo rabiar, le tiraría un ladrillazo.
Método un poco troglodita pero que parecía efectivo, ¿no?
Sucedió que se cruzó con un prepotente amigo que le contestó mal. Fiel a su designio, el tipo agarró el ladrillo y se lo tiró.
No recuerdo si le pegó o no. Pero el caso es que después, al ir a buscar el ladrillo, esto le pareció incómodo.
Decidió mejorar el ―sistema de autopreservación a ladrillo‖, como él lo llamaba:
Le ató al ladrillo un cordel de un metro y salió a la calle.
Esto permitiría que el ladrillo no se alejara demasiado. Pronto comprobó que el nuevo método también tenía sus problemas.
Por un lado, la persona destinataria de su hostilidad debía estar a menos de un metro. Y por otro, que después de arrojarlo, de todas maneras tenía que tomarse el trabajo de recoger el hilo que además, muchas veces se ovillaba y anudaba.
El tipo inventó así el ―Sistema Ladrillo III‖:
El protagonista era siempre el mismo ladrillo, pero ahora en lugar de un cordel, le ató un resorte..Ahora sí, pensó, el ladrillo podría ser lanzado una y otra vez pero solo, solito regresaría.
Al salir a la calle y recibir la primera agresión, tiró el ladrillo.
Le erró... pero le erró al otro; porque al actuar el resorte, el ladrillo regresó y fue a dar justo en su propia cabeza.
El segundo ladrillazo se lo pegó por medir mal la distancia.
El tercero, por arrojar el ladrillo fuera de tiempo.
El cuarto fue muy particular. En realidad, él mismo había decidido pegarle un ladrillazo a su víctima y a la vez
también había decidido protegerla de su agresión.
Ese chichón fue enorme...
Nunca se supo si a raíz de los golpes o por alguna deformación de su ánimo, nunca llegó a pegarle un ladrillazo a nadie.
Todos sus golpes fueron siempre para él.
—Este mecanismo se llama retroflexión y consiste básicamente en proteger al otro de mi agresividad. Cada vez que lo hago, mi energía agresiva y hostil es detenida antes de que le llegue al otro, por medio de una barrera que yo mismo pongo. Esta barrera no absorbe el impacto, simplemente lo refleja; y toda esa bronca, ese fastidio, esa agresión me vuelve a mí mismo. A veces con conductas reales de autoagresión (daños físicos, comida en exceso, drogas, riesgos inútiles) otras veces con emociones o manifestaciones disimuladas (depresión, culpa, somatización).
Es muy probable que un utópico ser humano ―iluminado, lúcido y sólido jamás se enojara. Sería útil para nosotros no enojarnos. Sin embargo una vez que sentimos la bronca, la ira o el fastidio, el único camino que los resuelve es sacarlos hacia fuera transformados en acción. De lo contrario lo único que conseguimos, antes o después, es enojarnos con nosotros
mismos.
(Por Jorge Bucay)